
Somos María y Ringo, socios, creadores y jefazos de Slowers. Pero sobre todo, apasionados, practicantes y expertos en vida slow.
Por eso un día se nos ocurrió que igual podíamos ser tu antídoto ante el estrés. Que si nos lo proponíamos podíamos ser capaces de trasladarte allí donde estés un poquito de esta calma que llevamos dentro y contagiarte este ritmo más tranquilo.
Así que procedo a las presentaciones y currículo:
Ringo, de la familia de los Schnauzer miniatura y originario de Vinarós es experto número uno en vida slow. Él es muy perro (como muchos dirían), muy disfrutón, muy de vivir el momento. Es entregado, apasionado y defensor de la vida fácil, ¿para qué complican tanto las cosas los humanos? Se pregunta … (yo también me lo pregunto, la verdad).
Y yo, María, de la familia de los humanos y originaria de Morella. Pues bueno, yo también soy slow, muy slow, de hecho esta necesidad de bajar el ritmo habitaba en mí desde que era muy pequeña. Resulta que nací en una familia de rápidos y eficientes, y yo, con 5 años, cuando me retrasaba y escuchaba el clásico “venga María ...” respondía “es que yo soy DESPACIA”. ¡Ahí queda eso!
Pero al final, como la mayoría, acabé arrastrada por el ritmo frenético de nuestra sociedad, me convertí en una rápida de primera. Acelerada, nerviosa, estresada, … cualquiera de estos adjetivos me describían, porque sí, ahora lo se, caminaba a un ritmo demasiado rápido, demasiado para mi cuerpo y mi mente.
Y como todas las historias ésta tiene también un final feliz. Resulta que un día llegó Ringo a mi vida y juntos empezamos a caminar por el campo todas las mañanas. Ahí entendí que igual no necesitaba vivir constantemente en ese estado de inquietud interior, que igual podía hacer algo para cambiarlo, así que me puse a ello.
Fue un proceso de búsqueda y aplicación práctica en el que poco a poco fui entrando más y más adentro, llegando más y más al interior. ¡Y ahí fue donde la encontré! Me refiero a la calma, a esa sensación de paz, de estar bien.
Porque tengo claro que ese ritmo slow no depende de cuanto hacemos o dejamos de hacer, no es una cuestión de cantidad sino que es un estado interior con el que podemos conectar, es una cuestión de perspectiva, de cómo miramos a la vida.
Por eso Ringo y yo a través de nuestros zapatos y de este blog queremos trasladarte esa otra forma de mirar la vida, esa que a nosotros nos gusta tanto y que igual a ti, quién sabe, también.