Y seguimos con mis motivos para usar moda slow, sostenible o ética. El último día comentamos el impacto que el fast fashion tiene sobre la calidad de vida de las personas y el medio ambiente, hoy continuamos con unas razones más estéticas. Ahí van:
4. Porque los diseños son únicos, no son marcas de impacto masivo y cuidan los detalles. Las marcas del fast fashion no hace falta decirlo, se las saben todas. Una colección detrás de otra, prendas que te suenan de la pasarela pero a precios imbatibles, copias descaradas de grandes diseñadores…
Pero ¿y si lo miramos al revés? Resulta que hay otras marcas, las que no tienen cientos de tiendas, que te ofrecen una moda alternativa, más cuidada y original. Si lo piensas bien, es tu oportunidad para ser único.
5. Porque hoy en día vestir ropa slow no es sinónomo de “hippie” (por describir el estilo “eco” de alguna forma), supongo que sabéis el estilo al que me refiero. No tengo nada en contra de ese tipo de ropa, pero qué pasa ¿los “modernos” no pueden ser éticos, slow o green?
Sí, y hay marcas como Ananda Pascual, Cus o Bibico, por citar a 3 diseñadoras españolas, que te lo ponen muy fácil. Bueno, y Slowers, que casi me lo dejo…
Y ahora un comentario a la respuesta que me encuentro habitualmente: “sí, si yo lo se, pero es que estas marcas sostenibles son muy caras“. Lo único que te puedo decir es que ese suele ser el precio real y no el otro al que nos han acostumbrado. Y principalmente ese es el precio justo para el planeta y para las personas.
Os aseguro que el precio que estamos pagando para mantener el sistema de producción del fast fashion es mucho más alto: aire que no se puede respirar, personas que mueren por los pesticidas usados en el cultivo del algodón, condiciones de trabajo infrahumanas…
Quizás lo que tiene que cambiar es nuestro sistema de consumo, igual no necesitamos 10 prendas nuevas cada temporada, y con 5, más las que tenemos del año pasado (que están aún en buen estado porque son de calidad) es más que suficiente.
Lo se, no es agradable leer esto, pero yo creo en el individuo como motor del cambio y una de las formas más potentes que tenemos para mostrar el mundo que queremos es a través de nuestro consumo. Escogiendo marcas que apuestan por la naturaleza, por la sensatez, por las personas.
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