El fin de semana pasado estuve en VeggieWorld Barcelona con la colección otoño-invierno de Slowers. Supongo que si fuera una blogger de pura cepa ahora tendría un montón de fotos y vídeos que enseñarte con todo lo que se coció en la feria, pero parece que el móvil y yo seguimos teniendo caminos separados y me vine sólo con 4 fotos regularcillas del stand y poco más.
Así que no voy a hablarte de la feria en sí, seguro que si estás interesada hay un montón de gente que tiene tours estupendos, sino de mis sensaciones y de cómo lo viví. Y te puedo contar que pese al cansancio que supuso todo el periplo (6 horas de viaje más montar el viernes, 12 horas de feria sábado y domingo más desmontar y 6 horas más de viaje el lunes) volví muy contenta.
Volví contenta por varios motivos. El primero es que la colección gustó mucho y pude apreciar de cerca las sensaciones al tocar y probar los zapatos. Creo que la frase que más escuché fue: “qué cómodas son”, y eso se agradece. Parece que todo el esfuerzo por diseñar zapatos orgánicos, veganos y bonitos tiene un sentido. Al final las tiendas online tienen esa parte de que no sabes bien qué está pasando al otro lado de la pantalla y el estar cara a cara con la gente hace que todo sea más agradable.
Luego me encantó que algunos vinierais a saludarme, con vuestras Slowers puestas, o explicándome que tenéis pares de otras temporadas. Me encantó recibir vuestro calor. A veces se me olvida que detrás de ese mail o ese número de Instagram hay una persona que se siente identificada con lo que hago y que si no fuera por esa persona Slowers no existiría. Así que vi claro que somos un equipo, tú y yo.
También me gustó mucho ver que cada vez hay más consciencia en el vestir, tantas personas preguntando por los materiales, interesándose por el algodón orgánico o por el material de las suelas, preguntando con interés y felices de encontrar zapatos que respetan sus valores. Pude ver que algo está cambiando, lentamente, pero cambiando. Y eso está muy bien.
Y finalmente me gustó ver la pasión que despierta el veganismo en tantas personas. Miles de personas de todas las edades (y esto lo recalco porque me llamó mucho la atención) defendiendo un estilo de vida más respetuoso con el planeta en el que vivimos. Asistiendo a las charlas, viendo, preguntando y comprando. Sí, realmente fue un encuentro bonito y me gustó vivirlo.
Así que aquí me tienes pensando a ver cual será la próxima. Por el momento nos seguimos viendo por aquí.
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