Últimamente en el facebook encuentro muchas entradas relacionadas con cadenas de favores: iniciativas como Sendero de favores, referencias a la película Cadena de favores o videos varios entre los que destaco éste. A mí me encanta pensar en el efecto mariposa, el hecho de que una sonrisa en un momento determinado pueda convertirse en un gesto amable en la otra parte del mundo ¿no es bonito?
Bien, pues la cuestión es que el lunes tuve la ocasión de ser parte de una de estas cadenas que tuvo como protagonistas a Román, un veterinario italiano, y su perro Leonardo.
Estaba yo en el camino de vuelta de mi paseo mañanero cuando Ringo se quedó rezagado, esto es cosa habitual pues es un espíritu libre y siempre decide ir por rutas alternativas a la mía, pero al ver que tras un buen rato seguía ajeno a mis llamadas, decidí volver atrás a ver qué pasaba. Y ahí fue cuando encontré que Ringo estaba jugando con otro perro y que al lado había un hombre (que parecía salido de la nada, pues yo había hecho el camino de ida y vuelta por ahí y no lo había visto, bueno en realidad salió del pequeño refugio que se ve en la foto, ahora os cuento…).
Así que dado lo inesperado de la situación, pues estábamos en el medio del monte, y la repentina amistad surgida entre Ringo y Leonardo, entablamos conversación. Román me contó que hace dos años le diagnosticaron a uno de sus hijos una enfermedad grave y que le dieron tres meses de vida, él hizo la promesa de que si su hijo vivía haría el camino de Santiago a pie saliendo de Polonia y volviendo a Siena, su ciudad, sin tarjetas de crédito.
Y ahí lo encontré yo, tras 9.000 km caminados, tiritando después de haber dormido al raso en una noche fría y ventosa (desde que se ha salido de la ruta típica del camino no encuentra albergues para dormir), sin comida y con 2 euros en el bolsillo. No creáis que se quejó en ningún momento, más bien alabó las fantásticas vistas que había tenido desde ese sitio y el hecho de que había encontrado una fuente para beber. Se le veía feliz por estar cumpliendo esta promesa, ya que esto significa que su hijo está completamente sano.
Así que el lunes tuve doble paseo pues volví a casa a por comida para Román, pienso para Leonardo y algo de dinero para las siguientes etapas (aún tienen por delante 2.000 km!!!) y me llevé de vuelta la impresión de haber conocido a una gran persona, su agradecimiento infinito y esta historia que contaros, ¿qué más se puede pedir?
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