(O cómo una bici te puede enseñar a fluir)
Como te explicaba aquí, desde el principio tuve la impresión de que Chiang Mai era una ciudad bastante caótica. Supongo que esta impresión está muy relacionada con mi visión occidental de las ciudades, con el hecho de que vivo en un pueblo pequeño y con mi tendencia natural hacia el orden.
Pero sí, en lo que respecta a las calles y el tráfico, la realidad aquí difiere bastante de cualquier otra ciudad en la que he estado. La vida del peatón es dura, no hay pasos de cebra y cuando los hay nadie los respeta. Una simplemente ha de decidirse a cruzar y detener al tráfico sobre la marcha.
Y así era mi vida, tratando de entender cómo funcionaba ese aparente caos, hasta que un día llegó ella.
Sí, es mi bici de alquiler, se llama Chop Chop (no se cómo se escribe pero en Thai significa algo así como “vamos, vamos”) y desde que llegó a mi vida soy mujer feliz. Junto a ella estoy descubriendo un nuevo Chiang Mai porque ahora ya no miro ese caos del que te hablaba, ahora soy parte de él, una más. ¿Y sabes qué? Que me está gustando.
Estoy descubriendo que hay unas reglas no escritas sobre el funcionamiento del tráfico donde las máximas son el respeto y la paciencia. Aquí nadie me pita, nadie me insulta si me equivoco de carril o si decido cruzar en un momento poco adecuado, simplemente paran y me dejan pasar, cero caras enfadas, cero reproches.
Así, entre tuc-tucs, taxis, coches y miles de motos, me muevo con total tranquilidad y fluidez, sabiendo que lo importante es adaptarme a ese taxi que para (aquí los taxis van recogiendo a dejando a gente a demanda así que paran constantemente), a ese peatón que intenta cruzar o a esos coches que no parecen tener ninguna intención de dejarme pasar. En definitiva, lo importante es fluir.
¿Porque acaso no es igual en la vida? Cuando nos empeñamos en que las cosas sean de una determinado forma y no cedemos nos quedamos estancados, habitualmente decidimos culpar a los demás de nuestra situación y mientras lo pasamos mal.
Sin embargo, cuando aprendes a fluir todo resulta mucho más fácil, no te obsesionas con que todo sea cómo tu piensas que debería ser, entiendes que cada uno de nosotros piensa de diferente forma y que todas son igual de válidas. Y entonces, no se, parece como que la vida se aligera y todo es más bonito, más sencillo.
Entonces empiezas a ver que puedes pensar diferente a esa persona pero que su visión te enriquece, empiezas a ver que quizás algo no sale como esperabas pero que en el proceso has aprendido mucho, empiezas a ver que la vida no es tan difícil como te la han pintado y que está en tus manos aprender a deslizarte por ella de forma armoniosa.
Así lo veo yo, ¿y tú que opinas? Me encantaría conocer tu visión, ¿te adaptas al caos? ¿has vivido alguna situación así? Bueno, que si te apetece puedes compartir más abajo lo que piensas y así no soy sólo yo la que escribe, así conversamos un poco.
Nos vemos!
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