Hoy he decidido unir dos posts en uno, no es una cuestión de vaguería, tal y como podría parecer, sino más bien una cuestión técnica y de optimización de recursos. Como algunos sabéis, hace dos fines de semana asistí a un curso de fotografía de Álvaro Sanz que se merecería un post o dos! La verdad, os podría contar un montón de cosas maravillosas, porque fue un encuentro muy muy (podría reiterarlo con un tercer muy) especial, pero no haría más que repetir lo que tan bien han sabido expresar Bea y el propio Álvaro en sus blogs, así que os invito a visitarlos y deleitaros con sus fotos y sus palabras.
Por otra parte, y aquí viene la cuestión técnica, de momento no puedo enseñaros ninguna de las fotos que hice durante el curso (y no, esto no es una excusa para evitar duras comparaciones con las fotos de Bea y Álvaro). Parece ser que cuando uno trata de ser algo más que un simple aficionado en esto de la fotografía hay que disparar en RAW, cosa totalmente nueva para mí, y por lo visto también para mi ordenador que se niega a visualizar las fotos.
Lo se, es una simple cuestión técnica y fácil de solucionar, pero dado mi interés por la tecnología es posible que el resultado se demore un poco y por eso he pensado que mejor os voy enseñando otras fotos, éstas (que los dioses me perdonen y Alvaro Sanz también) disparadas en JPG, por una clara cuestión de urgencia. Eso sí, en modo manual.
Porque sí, queridos Slowers, una de las cosas que aprendí en el curso es que esto de la fotografía no es un puro azar que depende del humor que gasta ese día tu cámara. He descubierto que uno puede jugar hasta alcanzar esa luz que tus ojos son capaces de ver y que te parece tan bella. Qué maravilla! No creo que vuelva ya al modo automático pues se ha abierto ante mí un nuevo universo de posibilidades. Es cierto que por el momento el Lifestyle (motivo del curso) no es lo mio, pues cuando he conseguido poner todo a punto en la cámara aquello que quería inmortalizar ya ha pasado, eso sí, he conseguido una imagen totalmente blanca, otra demasiado oscura, y una tercera donde aquello que quería captar ya no se encuentra en su momento óptimo, pero eso sí, la luz está fantástica!
Así que para empezar me he pasado al Still life y os presento el nuevo producto de la tienda Slowers, estas preciosas fundas de cojín con nuestros estampados del verano. Sobró un poco de tela, y me parecen tan bonitas que no quería desaprovecharlas, así que a partir del viernes podréis encontrar en la tienda estas maravillosas fundas de algodón orgánico certificado para cojines de 45×45 y 30×50. ¿Cual os gusta más?
Por cierto, espero hayáis apreciado el salto cualitativo de mis fotos. Aunque la verdad, los cojines pusieron mucho de su parte, todo hay que decirlo.
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