Hoy traigo otra novedad, sí estamos que no paramos aquí en Slowers y como ya te comenté la semana pasada en la newsletter (¿qué aún no la recibes? Pues ya estás dejando tu email en alguno de los formularios!!!) me he propuesto un final de año apoteósico, así que se presentan 3 meses por delante muy emocionantes.
Y lo que hoy quiero contarte es que tengo un regalito para ti, sí, porque te lo mereces, porque me estás apoyando en esta aventura y a veces no se cómo agradecerte que sigas ahí cada semana dándome fuerzas para seguir adelante.
Así que para ti hemos preparado la Miniguía Más slow, más feliz, donde te cuento de forma sintética 7 cositas para caminar por la vida con más alegría. Para recibirla sólo tienes que dejar tu email y nombre en el formulario de la derecha, o en el de arriba o en el que te guste más (todos llevan al mismo lugar), y si ya estás suscrito pues mejor que mejor porque te llegará sin tener que hacer nada.
En esta miniguía hablo de cosas que yo considero importantes para estar bien, para vivir feliz, y la primera responde al título de este post: Cada día un nuevo comienzo.
Muchas veces vemos nuestra vida como una gran rueda que ya está en marcha y gira y gira sin que podamos hacer nada para pararla, como una gran bola de nieve que no controlamos y cada vez va más cargada.
Pero como siempre he dicho en este blog, existe otra forma de ver las cosas. Por eso en Slowers nos gusta pensar que cada día es un nuevo comienzo, que cada día la vida nos da una nueva oportunidad.
No sabemos cuántos días vamos a estar aquí, no sabemos qué nos depara el futuro, lo que sí sabemos es que hoy, ahora, estamos aquí, hoy tenemos todo un universo de posibilidades ante nosotros y sería una pena desperdiciarlo.
¿Qué te parece? ¿Nos lanzamos a VIVIR?
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