Ya estamos de vuelta, ya ves, al final me he tomado dos meses completitos para recuperar la inspiración, y ¿sabes qué? Que creo que no la he recuperado. La verdad, no es tanto que no sepa qué contar sino que me a veces tengo la sensación de que siempre digo lo mismo… yo aquí con el slow para arriba y el slow para abajo …
Pero es que lo considero tan importante, tan necesario eso de bajar el ritmo. Ha pasado el verano, el tiempo perfecto para relajarse, para disfrutar, para sentir, para gozar. Y en pleno verano yo sigo viendo gente estresada, enfadada, no puedo dejar de observarlo, parece que está en el ambiente.
Unos porque aprovechan el verano para hacer mil actividades y van de aquí para allá sin parar, sin entender que las vacaciones deberían servir para bajar el ritmo y contactar un poquito más con nosotros y con los nuestros, fuera del estrés de nuestra cotidianidad.
Otros porque necesitan una semana para alejar su mente del trabajo y cuando lo están consiguiendo ya empiezan a pensar que la siguiente semana tienen que volver, y claro, así no hay quien se relaje. Nuestra mente viajando del pasado al futuro y del futuro al pasado. Me pregunto dónde queda el presente …
En fin, que a mi me llama la atención encontrar a gente de vacaciones chillándose porque el niño se ha olvidado las chanclas en la playa, o enfadándose porque no se deciden entre el chiringuito de Paco o el de Pepe. Y digo yo, qué más dará … ¿no habíamos venido a relajarnos?
Pero claro, parece que no es tan fácil, si todo consistiera en tomarnos una píldora slow la cosa no tendría misterio. La cuestión es que ese estrés, esa velocidad, la llevamos por dentro así que da igual las circunstancias, da igual si estamos en Madrid o en Benicassim porque el virus de la vida rápida está atacando desde dentro.
Y no nos damos cuenta, echamos la culpa a nuestra pareja que no nos entiende, o al lento del coche de delante, o a esos pesados que nos han tocado al lado en la playa. Pero no está en ellos, está en nosotros.
Así que desde aquí te invito a empezar este nuevo curso escolar junto a nosotros, los más slow entre los slow, porque este año queremos darte más y mejor. Personalmente me encargaré de ello, porque me apetece, porque quiero trasmitirte un poquito de este ritmo que nos mueve en Slowers, porque me lo he propuesto y así será (y punto pelota).
¿Te animas a empezar el curso con nosotros?