Te propongo un pequeño juego. Deja de leer este artículo y detente por un minuto a pensar en las prendas y el calzado que llevas puestos ahora mismo. ¿Sabrías decirme cuál es su origen? ¿Dónde se ha fabricado toda esta ropa? ¿Crees que consumiendo la moda que vistes en estos momentos estás perjudicando a alguien?
Estoy segura de que tu respuesta a estas tres preguntas sería: no. Y sería la misma respuesta que daría el 90 % de la población.
Estamos tan acostumbrados a comprar lo que nos vende la industria del consumo que, rara vez, nos paramos a pensar en qué es lo que estamos adquiriendo en realidad.
Con este post quiero ayudarte a tomar conciencia acerca de cómo tu forma de consumir moda puede cambiar el planeta y el destino de todos los que habitamos en él. No solo quiero que seas consciente de la verdad que rodea a la industria de la moda, sino que, además, me he propuesto el reto de que te unas conmigo al movimiento de la moda sostenible. ¿Te vienes?
¿La forma en la que consumes moda pueda cambiar el planeta?
La respuesta a esta pregunta es clara: sí. Nuestros hábitos de consumo de moda pueden modificar la naturaleza y el medio que nos rodea.
Pero ¡ojo! Esta afirmación es una espada de doble filo. Tu forma de consumir moda puede cambiar el planeta para bien… o para mal.
Te contaré por qué.
¿Qué hay detrás de las grandes marcas del negocio textil convencional?
En esta sociedad nos han marcado a fuego la necesidad de consumir. Es una marca tan fuerte como imperceptible, pero que está causando un daño irreparable al planeta y a los seres humanos.
Nos dejamos llevar por lo que las grandes marcas, los medios de comunicación y las redes sociales dicen. Compramos lo que ellos nos aconsejan, comemos lo que ellos nos dicen y vestimos como ellos quieren.
Nos encanta pasar el día en grandes centros comerciales donde nos dedicamos a consumir moda rápida y a comprar ropa a precios de risa y, encima, nos vanagloriamos de ello. Consumimos de forma casi compulsiva sin tener en cuenta dónde estamos invirtiendo nuestro dinero o de dónde sale toda esta ropa que vestimos.
¿Cuál es la verdadera realidad?
La industria textil es la segunda más contaminante del planeta, genera alrededor del 20 % de las aguas residuales y es responsable del 10 % de las emisiones de carbono.
Hay otra forma de hacer las cosas: consumir moda ética
Los datos mencionados, que habían pasado desapercibidos hasta hace unos años, pusieron en alerta a una buena parte de la sociedad y también a una pequeña fracción de los fabricantes de moda. La respuesta no tardó en llegar y su nombre fue moda sostenible, también conocida como moda ecológica.
Si quieres saber en qué consiste el concepto de moda ética te invito a leer este post en el que te cuento qué significa moda sostenible.
Te adelantaré que se trata de una forma de producir moda de una forma ética y responsable con el planeta, minimizando la huella de CO2, utilizando materiales naturales (orgánicos y reciclados), y de acuerdo a unas condiciones laborales justas y dignas alejadas del trabajo infantil.
Sí. En pleno siglo XXI, la explotación infantil sigue avergonzando al mundo entero y la industria textil colabora en que esto siga siendo así. Tal y como manifestó el activista pakistaní Ehsan Ullah Khan en su visita a España en 2018, el algodón de una de las camisetas que compramos a diario en la Unión Europea pasa hasta por siete países con muchos casos de explotación infantil y muchas marcas implicadas.
Consumir moda slow para cambiar las cosas
La conocida como fast fashion, un modelo de producción de moda abusivo con el planeta y con las personas, debe acabar.
Compramos un 80 % más de ropa que hace una década. Sin embargo, no utilizamos ni la mitad de ella.
En contraposición, la slow fashion, también llamada moda ética o sostenible, pelea para que estos procesos y hábitos cambien.
Es necesario comenzar a fabricar prendas diseñadas para ser aprovechadas durante largo tiempo con materiales sostenibles y siguiendo procesos alejados de los químicos. Este es el camino para cambiar nuestro futuro.
Como consumidores tenemos en nuestra mano el poder de hacer que la industria de la moda modifique sus actitudes en pro del planeta. Apuesta por moda limpia, sostenible, de calidad y perdurable. Compra de forma minimalista, adquiriendo tan solo lo que necesites. Y observa muy bien qué compras, cómo lo compras, dónde lo compras y qué valores se encuentran detrás de cada marca a la que le entregas tu dinero.
Por fortuna, hoy en día hay muchas pequeñas marcas que se están esforzando por hacer las cosas bien para hacer compatible el vestir con la vida en la Tierra. No te conformes con lo establecido. Busca estos pequeños brotes verdes que quieren arrimar el hombro para cuidar el entorno en el que nacemos y da el paso hacia la moda slow. #PASOSSLOW
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