Ha llegado el verano y con este post Ringo y yo nos despedimos hasta el mes de Septiembre.
Como ves ya estamos disfrutando de la playita, últimamente Ringo ha descubierto una nueva pasión: rebozarse en la arena de la playa, así que sus días veraniegos trascurren plácidamente entre paseos, largas siestas, tardes playeras, más siestas, …
Y yo he decidido aprovechar para contemplar este momento de mi vida, ver el punto en donde estoy y hacia donde me dirijo, y principalmente valorar si estoy eligiendo el camino o me estoy dejando llevar. Me gusta revisar mis objetivos vitales (y Slowers es parte de ellos) cada cierto tiempo.
Y para ello tomo nota de esta reflexión de Carlos Castaneda:
“Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Tu decisión de seguir o de dejarlo debe estar libre de miedo o de ambición. Hazte a ti mismo una pregunta: ¿tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno, si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje, el otro te hará maldecir tu vida.”
¿Sabes cuál me parece el punto clave? Saber decidir sin miedo ni ambición, sin condicionantes ni influencias, con libertad.
Es curioso, nos pensamos que estamos eligiendo y tan sólo nos estamos dejando llevar … pensamos que decidimos por nosotros mismos, y lo hacemos por nuestro entorno, amigos, familia, sociedad, …
Al final nuestras decisiones tienen lugar en un rango muy reducido respecto a lo que podría ser, no nos atrevemos a soñar y menos aún a actuar en la dirección de nuestros sueños.
Digamos que de todo el espectro de posibilidades infinitas en el que podríamos elegir nos conformamos con tomar decisiones en un sector minúsculo. Y ni siquiera somos conscientes!
Y claro, un día conocemos a alguien que sí ha sido capaz de seguir sus sueños, que ha renunciado a cosas por una visión, que la ha seguido, ha luchado y está viviendo su vida … y entonces nos entra un desasosiego.
Si estamos viviendo un momento de cierta consciencia o lucidez es muy posible que nos motive a cambiar de rumbo, o nos sirva de aliento para continuar, o como mínimo disfrutemos al poder compartir su experiencia.
En caso contrario optaremos por una crítica, buscaremos un paquete de excusas para autojustificarnos y seguiremos con nuestra mediocre vida, sin darnos cuenta de que sólo nosotros tenemos la llave para salir de ahí.
Como en la casa Slowers no queremos caer en esto último, nos tomamos unos días de vida slow, unos días de parar, de tomar distancia y ver todo en perspectiva. Unos días para conectar con el corazón.
Porque es tiempo de soñar, de idear nuevos proyectos y de replantear objetivos para seguir adelante con más ilusión que nunca.
FELIZ VERANITO!!!! Nos vemos en Septiembre!!!
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