Una de las principales barreras que me he encontrado a lo largo de este proceso de la puesta en marcha de Slowers es el ser pequeño (quizás la principal limitación era yo misma que me veía como una pulga intentando entrar en el gran negocio de la moda). Sí, la cuestión es que cuando nadie te conoce y además tienes un presupuesto limitado todo resulta un poquito más complicado.
Los proveedores y fabricantes prefieren trabajar con cuentas grandes, que con menos complicación les aportan más beneficios. La primera pregunta en cualquier taller es ¿de qué cantidad estamos hablando?
Sin embargo, si algo he aprendido en este tiempo es que si estás convencido de lo que quieres encuentras la forma y la gente que te facilita las cosas, yo la he encontrado, tanto los proveedores de tejido que tuvieron una paciencia infinita cada vez que les preguntaba dónde estaba fabricado y qué composición exacta tenía cada tejido, como las chicas de la estampación digital, a las que aparecí con mis estampados sin tener ni idea de cómo se hacía un rapport, o el fabricante de las alpargatas, que tras un primer intercambio de impresiones y con la complicidad de ser los dos de un pueblo (punto que jugó a mi favor) me facilitó todo de una forma increíble.
Como ya sabéis muchas veces pienso que el mundo está al revés, es decir, va uno con su gran empresa que factura millones de euros y se le abren todas las puertas de forma inmediata, pero ¿a qué coste se obtiene esa fortuna? ¿son felices sus trabajadores? ¿respeta el medio ambiente? ¿aporta algo a la sociedad?
Y mientras, gran cantidad de artesanos, autónomos y pequeños empresarios que sienten pasión por lo que hacen y aportan valor a la sociedad tienen que mantener una lucha constante en inferioridad de condiciones frente a esos gigantes para poder mantener sus negocios.
Yo me he dado cuenta de que sí, Slowers es pequeño en infraestructura, también en personal y en presupuesto, pero es grande en ilusión, en optimismo, en coherencia y en respeto, todas ellas cualidades que parece que hoy en día no se valoran demasiado en las empresas pero que ¿acaso no son importantes?
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