Ayer estuve viendo en youtube una conferencia de Sergio Fernández en la que habla sobre el talento, la educación, la experiencia de emprender y otras cuestiones relacionadas con el nuevo paradigma laboral al que nos enfrentamos. Esta fue mi reivindicación especial en el día del Trabajo para poner el contrapunto a todas las noticias de los medios.
Sin duda, uno de los aspectos que a mí más me entristecen es nuestro sistema educativo, cuya única finalidad parece ser la de conseguir clones dispuestos a trabajar de 8 a 8 acatando órdenes y haciendo algo que no disfrutan, y lo más grave, sin preguntarse si eso es lo que realmente desean o si pueden hacer algo para cambiarlo.
No se nos enseña a pensar en libertad, a descubrir nuestros talentos, es más, los mayores esfuerzos se invierten justamente en las asignaturas que más nos cuestan y que seguro disfrutamos menos (me refiero a las típicas clases de “repaso” o apoyo escolar). ¿Tiene esto algún sentido? No nos damos cuenta de que no sirve de nada potenciar lo que no nos gusta o lo que no se nos da bien en detrimento de aquellos talentos que tenemos de forma natural y que si potenciamos pueden acabar convirtiéndose en nuestro medio de vida. Como dice Sergio, estamos en la era del talentismo y es vital encontrar qué es aquello que podemos ofrecer al mundo mejor que nadie, qué nos diferencia, cuál es nuestra marca personal.
La foto no tiene nada que ver pero la he hecho esta mañana y me gusta mucho!
La situación actual nos lo está diciendo muy claro: los trabajos de toda la vida (como se entendían antes) ya no existen, es más, ya no tienen sentido. Cuando haces algo que no disfrutas el resultado no puede ser bueno, no hay más, puede llegar a ser correcto pero no excelente. A mi me llama la atención la cantidad de cosas que se hacen mal (o regular), lo veo como usuaria productos y servicios y lo experimenté en mis anteriores trabajos donde continuamente veía la falta de motivación de la gente y la mediocridad de los resultados.
Repito, no puede ser de otra forma, si falta la pasión difícilmente vas a obtener un resultado extraordinario. Y en el mundo en el que estamos sólo puede triunfar aquello que destaca, ese tipo de proyectos que te dicen que las personas que están detrás ponen mucho más que 8 horas de trabajo al día, y no me refiero a más tiempo, sino a pasión, entrega, entusiasmo, diversión, ilusión … esas cosas que no se ven, pero se sienten.
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