Antes que nada: Feliz Año Nuevo!!! Sí, que 2015 sea para ti todo lo que deseas, y más!
Y ahora ya, paso a explicarte como lo viví yo, porque sin duda fue un fin de año especial y totalmente diferente, muy slow. Así lo decidí, en realidad, si hubiera querido planificarlo e ir a alguna fiesta hubiera encontrado opciones. Si hay algo fácil aquí en Chiang Mai es conocer gente y unirte a sus planes.
Pero no, decidí acabar y empezar el año con la filosofía que estoy siguiendo últimamente, la de deshacer, soltar el control, fluir y dejar que las cosas sean. Tenía claro que quería acabar el año en compañía y también me apetecía ir a uno de mis templos favoritos. El resto me daba igual, estaba abierta a todas las opciones.
Y la cuestión es que esa tarde a las 6 aún no tenía nada definido. Te digo que en otro momento de mi vida hubiera entrado en pánico ante la posibilidad de acabar el año sola. Pero tal y como está sucediendo todo aquí, a las 6:30 apareció una solución perfecta para mí, cena en un restaurante chino vegetariano en plan tranquilo.
Y allá que fui, había quedado con dos compañeras americanas que viven en el mismo hostal, y sabía que también estaba por aquí su tío, así que imaginé que se uniría, no sabía nada más. Al llegar vi que aparte de ellos tres había tres japoneses que por las edades parecían abuela, hijo, nieto. Sin duda un grupo curioso.
Estaban todos conversando tranquilamente,sentados en el suelo, en una de estas mesitas bajas, y yo no acababa de entender quienes eran, pero bueno, me uní a la conversación y a la deliciosa comida. Al cabo de un rato supe que ellos tampoco se conocían, habían llegado todos a la vez y sólo quedaba una mesa disponible, así que decidieron compartirla. Estas son las maravillas que ocurren aquí!
Y esta fue la primera parte, porque claro, aquí se cena pronto, también esta noche, así que a las 9 ya habíamos acabado. Entonces decidimos ir a tomar el postre a uno de nuestros puestos de la calle favoritos. Un rotee, una pasta que fríen al momento y puedes elegir el relleno, en mi caso plátano, como no.
Ahí empezamos a ver el ambiente, todo el mundo estaba en la calle, miles de tenderetes y puestos de comida y al levantar la vista … una de las cosas más bonitas que he visto en mi vida … el cielo lleno de linternas de papel.
Decidimos dejar la multitud e ir hacia Wat Phan Tao, el pequeño templo que te comentaba antes. Resulta que el sitio donde suelo trabajar (un coworking estupendo que hay en pleno centro), queda muy cerca de este templito, y todos los días iba viendo los avances de los monjes decorándolo para la cuenta atrás. Al monje encargado del diseño y estética deberían darle el premio al mimo y el detalle.
Y ahí acabé el año, sentada en una esterilla de paja, rodeada de velitas y farolillos, viendo belleza, escuchando a un monje decir que tenemos que aprender a controlar nuestra mente con la meditación, y lanzando mi linterna al aire con todos mis deseos para este 2015.
Una cosa que he aprendido este año es que cuando dejamos que la vida nos guíe nos encontramos con planes perfectos y sorpresas maravillosas. Para este 2015 yo me pido seguir soltando miedos y vivir libre. Y tu, ¿qué te pides?
mariablog says
Patri! Pues seguro que nos trae muchas cosas que vivir … Besos!
mariablog says
Tú adelante Raquel, eso es lo que yo me digo siempre. Besos!