Si me preguntaran qué es lo que considero que durante este tiempo más me ha frenado con Slowers lo tendría claro, vamos, pero claro claro, no necesitaría pensarlo ni 1 minuto: mi falta de foco.
¿Y qué es el foco? Para mí el foco tiene que ver con dos cosas, por una parte tener muy claro qué quieres conseguir, dónde quieres llegar, y por otra ser capaz de mantener esta visión a toda costa, enfocarte en eso hasta hacerlo realidad, aunque las cosas no salgan como esperas, aunque aparezcan imprevistos.
Últimamente allí donde voy parece que todos hablan de foco (¿por qué será?) y todos coinciden en que esta es una de las características en común de todas las personas que triunfan en la vida (ya sabes, entendiendo triunfo como vivir la vida que deseas) y en los negocios.
Pero claro, lo de poner foco tiene su truco. Para empezar tienes que saber qué quieres, tenerlo muy clarito, para ir bien a uno y tres años vista, como mínimo. Y no se si tú te has puesto a ello pero para mí esto siempre es un desafío. ¿Qué quiero para Slowers? ¿Qué vida quiero vivir?
Sin duda es un reto ponerte ante un lienzo en blanco y sin filtro ni censuras definir qué quieres en tu vida, o cómo quieres que sea tu negocio. Porque claro, lo cómodo y lo más habitual es eso de dejarnos llevar, sí, decidir algunas cositas pero muchas veces basadas más en lo que no queremos que en lo que queremos, y esto no es lo mismo, para nada.
Porque cuando no tenemos claro lo que queremos llevamos una nave sin rumbo y vamos ocupando los días con lo que va surgiendo, vamos sorteando, apagando fuegos, nos sentimos víctimas de la vida. Yo creo que es entonces cuando se entra en ese mal tan común en nuestros días del “no tengo tiempo para nada” “se me pasa el tiempo y no llego a ninguna parte”, …
A mí me parece que el problema no está en el día a día, ni evidentemente en la falta de tiempo, sino en el hecho de no saber hacia dónde navegamos, en una falta de visión. Yo me he dado cuenta de que cuando tengo las cosas bien definidas todo es mucho más fácil, para empezar tengo claro a qué voy a dedicar tiempo y a qué no, es decir, si algo me acerca a mis objetivos entra, si no, pues no entra en mi agenda. Así de simple.
Cuando tenemos un plan, algo que nos motiva a largo plazo, entonces nuestros días empiezan a tener más sentido porque ya tenemos un rumbo, un rumbo escogido y no un descarte de lo que menos nos gusta. Y esto es algo que nos acerca mucho a la felicidad.
En mi caso, con Slowers, mi gran reto ha sido definir qué modelo de negocio quería seguir, y hacerlo sin filtro, basándome en el estilo de vida que quiero vivir y el tipo de negocio que me acerca a él. Un modelo que no sigue lo que hacen otras marcas, ni lo “normal”, un modelo que es sólo mío y con el que yo me siento 100% identificada.
Eso me ha costado mucho, y he dado muchos tumbos, muchísimos, cada vez que algún experto me decía que las cosas se hacen de tal o cual manera, cada vez que veía que las cosas no acababan de funcionar, sí, cada una de estas veces he pensado que igual mi modelo no era válido. Y me he echado atrás, y he corregido, y he vuelto, …
Hasta que finalmente decidí algo importante: que yo me la juego, que apuesto por mí, que elijo el modelo con el que me identifico, y ¿sabes por qué? Porque si no todo esto de Slowers perdería el sentido, porque si no este blog sería sólo un conjunto de palabras, bonitas eso sí, pero sin coherencia, porque serían sólo eso, palabras.
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