Hoy he estado repasando los diferentes lugares dónde he vivido a lo largo de estos años de vida y he contado un total de 8 (incluyendo aquí mi estancia de 3 meses en Tailandia), 8 lugares totalmente diferentes: desde Morella (mi pueblo natal de 3000 habitantes), a Madrid, Oxford o Chiang Mai.
Con cada uno de estos cambios han llegado nuevos retos, nueva gente y nuevo hogar. Y a esto último es a lo que voy hoy porque para mí este es un punto esencial, si no siento que el sitio donde habito es mi hogar la cosa no funciona. Puede ser una habitación en una residencia, un piso, una casa o una guest house (aquí suena un poco raro eso de casa de invitados), eso me da igual, lo importante es tener mi espacio y sentir que ese es mi sitio.
Y que sea bonito, oh sí, este es un punto fundamental para mí. Me gusta la belleza, me gusta rodearme de cosas bonitas y cuando hablamos del lugar donde habito entonces esto es un sí o sí, no hay otra opción. La belleza te inspira, la belleza te alegra, la belleza es una de esas cosas que hacen que la vida valga la pena.
Así que hoy, aprovechando esta reflexión sobre hogares y belleza te presento una nueva prolongación de Slowers …
LA CASA
Como lo oyes (o lo lees), ahora Slowers tiene una casa que alquilamos para fines de semana y vacaciones. Y esta casa, además de ser muy bonita, muy bella (y muy hogar), tiene una historia. ¿Te apetece conocerla? Entonces entra aquí y luego me cuentas en los comentarios qué te ha parecido.
Nos vemos!