Bueno, bueno, estamos ya de vuelta de vacaciones y de todo el ajetreo del crowdfunding, que sin duda fue mucho más exigente a nivel personal de lo que yo había valorado. Pero bueno, acabó con éxito y disfruté de un buen inicio de año, no sólo por eso, sino porque tomé consciencia real de lo bonito que es eso de empezar cosas con ilusión y si es un nuevo año pues imagínate.
Mi día 1 de enero estuvo marcado por una muerte cercana, y la verdad, nada como eso para darse cuenta de cómo deberíamos celebrar cada día de esta vida. Porque somos tremendos, vivimos como si después de un año nos fueran a dar otro y otro, y otro más. Sin valorar que cada día que estamos aquí es un regalo y como tal lo deberíamos tratar.
Yo en este nuevo año me he propuesto que así sea, he decidido empezar cada día con un enorme GRACIAS por estar viva, y disfrutar de forma consciente de cada minuto que me están regalando. Porque ¿sabes qué? Resulta que la cosa funciona así, cada día es una nueva oportunidad para ser feliz.
Cada minuto que pasamos lamentándonos, quejándonos, enfadados, etc es un minuto que no hemos dedicado a ser felices y que ya no vamos a volver a vivir, así que más vale ir pensando en qué invertimos nuestro tiempo, ¿no te parece?
Yo al nuevo año le he pedido seguir aquí, al pié del teclado, compartiendo mis reflexiones contigo, y ya sabes que si tú decides seguir acompañándome me encantará.
¡Nos vemos el próximo viernes!
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