Hoy voy a robarle a Verónica Gran esta frase que he visto en su blog “+perspectiva” y me va perfecta para explicar un tema que me venía rondando por la cabeza: si no arriesgas nada, arriesgas más. Qué fácil nos resulta quedarnos quietos en un sitio sin salirnos de ahí, de lo conocido, de lo que hemos hecho siempre. Y sin embargo, es fuera de esa zona de confort donde empieza todo!
En este momento que estamos viviendo, y centrándonos en el tema profesional, escucho a mucha gente decir: pero y qué voy a hacer, si siempre he hecho esto … y yo pienso … pues igual es el momento para pasar a hacer algo diferente, e igual incluso descubres que te gusta más que lo que hacías antes! Es el dilema de siempre, el vaso medio lleno o medio vacío, no ver más allá o ver una oportunidad cuando se cierra una puerta.
En mi caso, mucha gente me dice: pero qué valiente, tal y como está todo y tu montas ahora un negocio (eso los más positivos, otros dicen directamente que estoy loca, loca, loca), y yo sólo puedo repetir la frase con la que he empezado esto: si no arriesgas nada, arriesgas más.
Qué queréis que os diga, a mí lo arriesgado me parece confiar en que otra persona me dará trabajo durante toda la vida y el más difícil todavía, que ese trabajo me apasionará y me permitirá sacar lo mejor de mí. Así que prefiero ser una valiente (si es así como hay que definirlo), confiar en mí, y disfrutar haciendo algo que amo (esta frase también se la robo a Verónica, que ofrece un curso sencillo, práctico y baratito llamado Cómo hacer lo que ames. Yo lo hice el año pasado y me ayudó a confirmar que estaba en el camino correcto).
Y vosotros slowers ¿vivís dentro o fuera de la zona de confort?
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