Allá por 2012 en Slowers creamos la primera alpargata de algodón orgánica que se había hecho en España. Estábamos investigando y trabajando para hacer calzado sostenible y la forma más respetuosa que se nos ocurrió fue reinventar la alpargata tradicional usando materiales orgánicos.
Han pasado los años y continuamos creando nuestra colección de sandalias de verano del mismo modo: artesanal y localmente. El yute o esparto es una fibra natural y biodegradable o lo que es lo mismo, respeta nuestra salud y la del medio ambiente.
Pero es mucho más que eso, es una forma de mantener vivo un oficio y una tradición. El origen del trabajo con el esparto en nuestro país se remonta a la época medieval. Es una técnica que se ha ido depurando siglo tras siglo. Es riqueza cultural y un capital social que creemos debería conservarse.
Reinventar la alpargata tradicional y adaptarla a las necesidades de la vida contemporánea es también una manera de mantener nuestros pueblos vivos. En las últimas décadas los pueblos de España se van apagando y esto nos un tema baladí.
Los pueblos con vida ayudan a frenar el cambio climático en un 34% más que las ciudades y contribuyen 20 veces más que estas a conservar la biodiversidad según datos del informa HablaRural de Greenpeace.
¿Cómo? Sencillo, la mayoría de las personas que viven en pueblos tienen algo de tierra para cuidar y cultivar. Muchas más personas tienen un huerto, compran a agricultores de la zona, tienen espacio para sembrar flores que sustentan la vida de las abejas, entre otras muchas cosas…
La despoblación rural es un problema social y medioambiental. Los pueblos sin vida son más vulnerables y están expuestos a las macroexplotaciones. Un ejemplo es la instalación de macrogranjas que son altamente contaminantes para la tierra, el aire y el agua que las redea.
Otro ejemplo es el monocultivo intensivo en grandes extensiones, la segunda generación que no vive en el pueblo vende las tierras y para las corporaciones resulta barato y sin obstáculos hacerse con ellas.
La vida se sustenta gracias a la variedad de fauna y flora, cuanto menos variedad más pesticidas, insecticidas y abonos químicos se necesitan para sacar adelante los cultivos ya que proliferan las plagas.
Tanto las macrogranjas como los monocultivos intensivos acarrean consecuencias en el medio ambiente, el agotamiento de las tierras y la extinción de flora y fauna. La biodiversidad es la clave del equilibrio de la vida en nuestro planeta.
Para Slowers es muy importante aportar nuestro granito de arena para apoyar una forma de vida equilibrada en el entorno rural. Nuestros diseños contemporáneos combinados con un trabajo artesanal centenario permite que las familias de Morella puedan continuar viviendo allí, cultivando sus huertos los fines de semana y dando vida al pueblo.
El esparto y una aguja significan vida y futuro para algunos pueblos y para todos. ¡También significan salud, comodidad y belleza para nuestros pies!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.