Te conté que estos últimos meses han sido difíciles para la familia Slowers. Después de días de reflexión he decidido explicarte un poco más sobre todo lo que hemos vivido y estamos viviendo.
Por una parte porque esta es mi realidad en este momento y esconderlo sería bastante tonto por mi parte, por otra porque llevo mucho tiempo enfadada con las redes sociales y con la cantidad de vidas “de película” que veo y que no encajan con la realidad que se que existe, y finalmente porque esto está siendo un gran aprendizaje para mí y compartirlo me ayuda a fijarlo y quizás a ti te invitará a la reflexión.
A principios de octubre mi amor, Luis, ese ser con el que tengo la tremenda suerte de compartir mi vida desde hace dos años, ingresó en el hospital por una mielitis muy grave. Han sido dos meses de hospital con una esperanzadora alta y posterior recaída tras la cual perdió por completo la movilidad y sensibilidad de su cuerpo, desde hombros hasta pies.
El 5 de diciembre finalmente volvimos a casa, el tratamiento funcionó, la inflamación medular se controló y empezó el largo camino de la rehabilitación, devolver a la vida a todos esos músculos que han estado atrofiados durante dos meses.
Ahora la cosa marcha viento en popa, mi padre dice que ¡esto es un milagro!, los doctores se asombran con el cambio y nosotros seguimos poniendo toda nuestra energía y amor en este proceso que desde el minuto uno decidimos sería para crecer y evolucionar.
Luis ya camina sólo, increíble pero cierto, llegó a casa en ambulancia sin ser capaz de sostenerse en pie y ahora ya va de aquí para allá sin mi ayuda, baja y sube escaleras y ayer a la vuelta de la compra lo encontré con su bastón paseando por el campo que rodea nuestra casa. Increíble. Queda mucho, claro que sí, y todo el sufrimiento de estos meses sigue presente, pero estamos muy contentos, esa es la realidad de este momento.
Te puedes imaginar que el reto ha sido (y sigue siendo) grande, para él y para mí. Hemos pasado por muchas situaciones, hemos reído y hemos llorado, hemos encontrado a grandes personas por el camino y también inmensas decepciones, las emociones a flor de piel, vulnerabilidad absoluta por su parte y entrega total por la mía, muchas sensaciones desconocidas para los dos …
Y de todo esto voy a hablar a partir de ahora aquí, porque en este blog he intentado mostrarme siempre tal y como soy, incluso con el vacío cuando no me sentía capaz de escribir y pensaba que nada podían aportar mis palabras.
Ahora sí, ahora siento que mi vida ha dado un salto emocional y espiritual y me apetece compartirlo. Te lo iré contando semana a semana.
Pues todo eso, el próximo viernes te cuento más. Te deseo un FELIZ y SLOW fin de semana.
Y para acabar te recuerdo que en Slowers creemos en la vida y la naturaleza y por eso hacemos zapatos que respetan al medio ambiente y también a las personas y los animales. El calzado que diseño es vegano porque no tiene ningún componente de origen animal, es orgánico porque usamos materiales sostenibles y también es bonito, porque amamos las cosas bellas. Y te digo esto porque me gusta recordar que así es como pongo mi granito de arena para que este mundo sea como a mi me gustaría.
MARÍA DEL PINO says
Muchos ánimos y mucha fuerza, encontrar la manera de equilibrar lo que nos toca vivir con lo que nos rodea a veces es bastante difícil pero no debemos dejar de poner nuestro máximo empeño, seguro que habrá recompensa… Un gran abrazo desde Gran Canaria.
PD. Me encantan vuestros zapatos y vuestra filosofía de trabajo.
erika says
animos
me ha conmovido vuestra historia,
os deseo que todo vaya bien