Hay pueblos que necesitan gente y gente que necesita pueblos. Este era el eslogan de la campaña publicitaria que Aquarius lanzó el último verano. Dejando a un lado el sentido real de la campaña no puedo negar que esta frase resume a la perfección el problema rural en España.
Hay pueblos que necesitan gente. Esta es una cruda realidad de la que no se habla demasiado, y menos ahora, que hay otros fuegos que apagar. El medio rural se abandona y el turismo de fin de semana y de verano no sirve para mantener los pueblos. Como ejemplo os diré que la comarca donde vivo (els Ports) tiene uno de los índices de ruralidad más elevados de España, qué honor el nuestro de ostentar tal título. Siendo claros: 13 municipios donde 10 tienen menos de 300 habitantes (y bajando año tras año), una media de 100 km hasta la capital de provincia, 65 km hasta el hospital más cercano, y unas carreteras para comunicarlo todo de lo más divertidas (por definirlas amablemente).
Hay gente que necesita pueblos. Otra realidad cada vez más evidente, y de ahí los movimientos que están surgiendo de neorurales que proponen una vuelta a lo simple y a lo rural. Las ciudades son entornos hostiles para la vida: la contaminación, las prisas, la pérdida de contacto con la naturaleza, los trabajos en oficinas enfermas… entiendo perfectamente los éxodos que se producen cada fin de semana para tomar aire (en el sentido literal) y volver a empezar la semana con energía.
Por eso desde SLOWERS queremos trasmitiros lo mejor de la vida rural y nos encargaremos de administraros “píldoras rurales” (que todo lo curan) a través de este blog, de nuestras alpargatas y del resto de productos que estamos diseñando, que cómo ya os he contado, tienen una inspiración 100% rural y están fabricados en pueblos pequeños de España.
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