No se tú, pero yo cada día me encuentro con un montón de ejemplos de culto y admiración hacia vidas estresadas. Es curioso, está confirmado que el estrés crea muchas enfermedades, que es un síntoma claro de no estar disfrutando el momento, y sin embargo, seguimos admirando este comportamiento.
Asociamos el estrés al éxito y al dinero, como si fuera un camino que debemos pasar si queremos alcanzar esas metas. Seguimos pensando que para tener una vida exitosa es necesario sufrir. Parece que quien vive estresado tiene una meta de altura.
Ay! Qué equivocados estamos …
Nos hemos acostumbrado a ver ciertas enfermedades como “normales”, y más si vamos a un médico y nos dice que la causa es el estrés. En ese caso no sólo le quitamos importancia: “dicen que es por estrés,claro, con el ritmo que llevo últimamente es normal …”, sino que además encontramos rápidamente una respuesta de aceptación y respeto por parte del entorno: “claro, trabajas tanto …”
En fin, que una vez más veo el mundo al revés, es decir, si lo normal debería ser vivir tranquilos y disfrutar, vamos, lo que podríamos definir como una vida slow, resulta que para nada es lo habitual, es más, las personas que son capaces de poner como máxima de su vida VIVIR se encuentran con cierto rechazo social y bastante incomprensión. Parecen extraterrestres en este mundo loco.
Y yo me pregunto qué sentido tiene trabajar y trabajar y trabajar (evidentemente en algo que no te llena, en caso contrario no existiría estrés), y gastar tu tiempo libre buscado actividades para desestresarte y seguir estresado, y no parar, y buscar la siguiente actividad, y …
ALTO!!!!
¿Realmente tiene sentido? ¿Cuántas oportunidades de vivir en este cuerpo tenemos? ¿Una? Entonces quizás es el momento de repensar en qué deseamos invertir nuestro tiempo.
¡Más slow life y menos estrés!
Yo ya estoy en ello, ¿y tú?
Isabel says
Encantada de descubrirte y más aún de leerte porque te comprendo y porque me siento comprendida! Un abrazo !