Hola! Encantada de saludarte. Soy María, y el pequeño de la foto es Ringo, mi compañero inseparable en esta aventura llamada Slowers. ¿Por qué? Bueno, déjame que te cuente mi historia para que puedas entender cómo esta criatura perruna se ha convertido en mi compañero de viaje hacia una vida slow.
Resulta que pasé por una crisis, no esa que dicen que estamos viviendo todos, sino una personal, una de esas que entra como un ciclón y que te hace replantear todo lo que has hecho hasta el momento y el punto de la vida al que has llegado. Y así, en un ataque de sinceridad extremo, pude reconocer que igual el lugar al que había llegado no me gustaba tanto como había esperado.
Ante este gran dilema existencial, decidí pasar a la acción y tomé una gran decisión: me compré un perro.
Ringo y yo empezamos a caminar por el campo todas las mañanas, con sol, lluvia, viento y hasta con nieve. Cada mañana, 365 días al año. En este tiempo hemos subido y hemos bajado, hemos descubierto caminos, hemos disfrutado de amaneceres preciosos y del paso de las estaciones. Casi siempre solos, escuchando el silencio que ofrece la naturaleza a esas horas de la mañana.
Y a medida que iba caminado fui conectando con mi propio ritmo, empecé a sintonizarme con la naturaleza, mi creatividad salió con fuerza y así, paseo a paseo, Slowers tomó forma. Paso a paso identifiqué mis valores y mi propósito en este mundo, y con unos paseos más conseguí la valentía necesaria para dejar atrás mis miedos y lanzarme de cabeza a la aventura de la vida.
Y así sigo, caminando a mi propio ritmo, con un proyecto que me apasiona, una vida que está tomando el rumbo que yo he decidido y muchas ganas de decir al mundo que es necesario ralentizar el ritmo para ser capaces de encontrarnos con nosotros mismos, abrirnos al disfrute de las pequeñas cosas y empezar a VIVIR de verdad.
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