Minimalismo y abundancia, parecen dos términos completamente antagónicos a primera instancia ¿verdad? Sin embargo, si conseguimos ir un paso más allá en nuestro pensamiento podemos ver que una vida minimalista puede llevar a la abundancia. Ahora bien, ¿qué es en realidad la abundancia? ¿Qué implica este concepto para ti? ¿Puedes simplificar tu vida y conseguir ser feliz con menos?
Vamos a ahondar un poquito más en este asunto con la meta de ser un poquito más libres, más nosotros, hasta alcanzar nuestra verdadera esencia.
El consumismo y sus pecados
“El consumismo es nuestra gran equivocación del siglo XXI”. Este llamativo titular extraído de un artículo publicado en 2016 por el portal Diario de Navarra resulta tremendamente ilustrativo de la realidad que estamos viviendo en los últimos años. La sociedad y el mercado en general nos han impuesto una forma de vida basada en el consumismo compulsivo con la falsa promesa de que acumular muchos bienes es la única forma de ser feliz.
¿En qué está desembocando esta realidad? En frustración, estrés e infelicidad. Piénsalo. Nuestro entorno nos impulsa a comprar continuamente, a consumir para poder tener así más cosas y, en consecuencia, ser más “felices”. Para poder conseguir todas esas pertenencias el primer paso es tener dinero. Y, ¿cómo conseguimos el dinero? Trabajando.
Quizás tengas la suerte de trabajar en algo que de verdad amas, pero… ¿Y si no es así? Te ves obligado a dedicar tus esfuerzos en un trabajo que odias. Pasas la mayor parte de las horas de tu día lejos de los tuyos, tal vez con gente con la que no te apetece estar ni compartir tu tiempo.
Terminas la jornada con una sensación de frustración y un sentimiento de agobio. Sientes que no llegas y te asfixias. Porque, además de trabajar, la realidad actual también nos impone que debemos salir a la calle constantemente, ir de un lado para otro sin tiempo apenas de pensar, para poder aprovechar nuestro “tiempo libre”. ¿Cómo? Consumiendo, claro está.
Todo a nuestro alrededor parece estar diseñado para conducirnos hacia un mismo destino: producir y consumir.
Pero ¡ojo! Acumular cosas no nos lleva a la abundancia. Al contrario, parece alejarnos de esta meta.
Ya hemos visto a qué nos conduce querer tener tantas cosas en nuestra vida que, en realidad, no necesitamos: al malestar, a la confusión y a la pérdida de tiempo.
Algunos expertos ya han calificado a la ansiedad y a la depresión como las enfermedades silenciosas de este siglo. España lidera el consumo de antidepresivos y somníferos situándose en la sexta posición entre los 21 países que conforman la OCDE. No nos deberíamos sentir para nada orgullosos de estas cifras. Son un total disparate.
Vivimos en un tiempo de excesos y no solo lo estamos pagando caro los seres humanos con nuestra salud, sino también el planeta entero con la suya. Mantener el ritmo de producción actual ha hecho que abusemos de los recursos de la Tierra dañando el medio ambiente hasta llegar a niveles irreversibles.
Simplificar tu vida te puede llevar a ser más feliz
Nos han hecho creer que cuanto más tenemos, más somos, y esto es una completa falsedad. Como dije en este post donde te daba consejos para llevar una vida slow: más no equivale a mejor. No somos mejores por acumular más enseres. Al contrario, no simplificar solo nos lleva a estar más confusos y más perdidos. Para poder cambiar necesitamos ahondar en nuestro interior, conocernos más, valorarnos más para llegar a conectar con nuestra verdadera esencia.
¿De verdad necesitas las últimas deportivas que ha puesto de moda la influencer de turno? ¿En serio necesitas tener tres televisores, dos ordenadores, una tablet y cuatro smartphones en tu casa? ¿Si te compras ese sofá con el tapizado más caro de la tienda te vas a sentir mejor? ¿Tú crees?
Hazte preguntas, cuestiónate sobre el papel que cada cosa tiene en tu vida. Y no te detengas a pensar tan solo en los objetos, sino también en las personas, las actividades o los pensamientos.
¿Ir al centro comercial todos los fines de semana te hace realmente feliz? ¿O lo haces porque te han “impuesto” que eso es lo que tienes que hacer para ser feliz? ¿Esa amistad realmente te aporta algo en tu vida o es una conveniencia? Porque si no te apetece compartir tu tiempo con ella, no lo hagas. El tiempo se va y nunca regresa. Tenemos que darnos cuenta de lo verdaderamente esencial: “lo invisible a los ojos”.
Simplificar tu vida significa reducir, priorizar y valorar el papel de cada cosa. Deshazte de todo aquello que no suma para ti. Creéme, no hay nada tan liberador como entrar en el camino de simplificar tu vida. Crearás tiempo para vivir y para ser más consciente. ¿Te animas a andar este camino? #PASOSSLOW
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