Sí, me refiero esa línea que separa el centro de los extremos, esa que marca el punto de equilibrio, el estado natural de todas las cosas.
Ya sabes que en Slowers la principal fuente de inspiración es la naturaleza y en la naturaleza siempre manda el equilibrio, el punto medio, la justa medida. La famosa frase del “después de la tormenta viene la calma” no puede ser más cierta y se cumple de forma asombrosa.
Es decir, cuando se produce un hecho que nos sitúa en un extremo llegará otro en el extremo contrario que compensará al anterior para volver así a ese centro, a ese punto medio.
Ya lo dice la sabiduría hermética:
“Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.”
¿Significa vivir en este estado de equilibrio vivir a medias? Gran pregunta … Yo no lo creo, más bien me doy cuenta de que el quid de la cuestión es saber encontrar por nosotros mismos esa zona, que esa es la justa medida que nos acerca a la felicidad.
Se trata de ese punto que no permite que te quedes dormido y estancado, pero tampoco te lleva a la hiperactividad adormecedora.
Ese punto que huye de la euforia desmedida y pasajera, prefiriendo un estado de bienestar y alegría constantes.
Ese punto que marca el equilibrio, la paz, el estar bien.
Yo más bien creo que estos extremos llegan a nuestra vida cuando nos negamos a encontrar el equilibrio. Me explico, muchas veces vivimos dormidos, apáticos, esclavos de nuestras rutinas y de repente ocurre algo en nuestra vida que lo tambalea todo, que hace que salgamos de ahí, es como si hubiera alguien diciendo: eh! Venga! Espabila un poquito que te hemos regalado una vida!
También veo muchas personas que viven en ese mismo estado de adormecimiento dentro de una rueda de actividad constante, la rueda de hacer, hacer y hacer (y decir que hacen mucho) sin parar. Y de repente, PAM, se ponen enfermos, se rompen una pierna … Ya no pueden seguir con ese ritmo. De nuevo, ¿no parece como si alguien quisiera decirles PAAAARAAAA y ya no encontrara otra forma de llamar su atención?
Pues eso, que a mi me gusta tratar de encontrar mi propia zona de equilibrio, ese punto entre el hacer y el no hacer, que me acerca a un estado de paz, de estar bien. ¿Y lo encuentro siempre? Pues no, ya te digo yo que no, pero intento observar, darme cuenta, vivir atenta para volver lo antes posible ahí…
Y por cierto! Este es uno de los temas que comento en el curso “MÁS SLOW, MÁS FELIZ”, ese curso por el que estáis preguntando muchos y del que pronto os contaré más …