Este es el último post del 2012 y para ello he reservado un tema que me ha acompañado desde que empecé el blog. Como ya os comenté aquí, una de mis actividades durante los paseos matutinos es la búsqueda de fósiles. Debo decir que hasta la fecha nunca antes estos pequeños seres pétreos habían conseguido llamar mi atención.
Sin embargo, un día empecé a fijarme en ellos, a partir de ese momento los empecé a ver por todas partes y tomé conciencia de que realmente estaba caminado por antiguos fondos marinos (esto resulta un poco raro sabiendo que estamos a unos 1.000 metros de altitud). Soy una ignorante total en esta materia y tampoco se me ha despertado una vena investigadora, sin embargo si he dedicado algún tiempo a pensar el por qué de su existencia, que les ha hecho permanecer ahí, inalterables, durante miles de años.
Yo he sacado mis propias conclusiones y cada vez que los veo (ahora también forman parte de la decoración de nuestro hogar) me las recuerdan: Hace miles de años el planeta Tierra ya estaba habitado por todos estos seres vivos, y todos ellos contribuyeron a su evolución para llegar hasta nuestros días. Estos pequeños fósiles nos recuerdan que en realidad estamos aquí de prestado, hemos tenido el gran lujo de poder habitar este fantástico planeta que nos da todo lo que necesitamos para la vida (y mucho más). Y sin embargo los humanos de ciertos países hemos creido que el mundo es nuestro en exclusiva, que podemos maltratarlo y explotarlo sin escrúpulos, sin tener en cuenta al resto de seres vivos que lo habitan.