El otro día estaba yo respondiendo a una entrevista (ya veis, ahora concedo entrevistas … jaja) en la que me preguntaban qué cosas me inspiran, y sin dudar respondí que la naturaleza, de la que no sólo extraigo colores y formas sino también mucha energía y sabiduría. Porque sí, creo que la naturaleza nos enseña nuevas cosas cada día y que los humanos tenemos mucho que aprender del resto de seres vivos.
Yo, como ya sabéis, observo mucho a Ringo y una de las cosas que he constatado es que él sigue a la perfección el lema de Slowers “Caminando a otro ritmo”. Como os he explicado en otras ocasiones Ringo es un espíritu libre, sigue su propio instinto y se deja llevar en cada momento por lo que le apetece (independientemente de que sea lo que a mí más me guste), y lo sé, es un perro, pero es que muchas veces creo que a las personas se nos ha olvidado eso de ser nosotros mismos y seguir nuestro instinto.
El otro día leía una frase que decía algo así como que si el propósito de todas las personas fuera el mismo, sería suficiente con que existiera una sola. A lo que me refiero es que es importante que cada uno encuentre qué es eso que le diferencia de los demás porque esa será su aportación a este mundo diverso. Cuando pensé en ese “caminando a otro ritmo” no me refería a una manada de slowers caminando todos con el mismo ritmo sino a que cada uno baile su propia música, esa que lleva dentro de sí.