En esta sociedad en que vivimos y en los tiempos que corren, me doy cuenta que algunas veces, cuando le digo a alguien que soy emprendedora casi me mira con cara de pena, pues la mayoría de la gente ya vaticina un fracaso antes de darme una oportunidad. Se que el miedo y el catastrofismo son contagiosos y por eso cada vez más, aquellos que no nos dejamos llevar por el ambiente pesimista y seguimos a nuestro ritmo parecemos humanos en peligro de extinción.
Desde aquí lo dejo claro para todos aquellos que me miran con la palabra “duda” en sus ojos: no soy una utópica, ni tampoco ilusa, no me he vuelto loca ni me han abducido unos extraterrestres. Conozco perfectamente el momento de cambio que estamos viviendo, y por eso mismo he optado por mirar las cosas desde otra perspectiva, porque yo y solo yo, soy responsable de mi actitud (y por lo tanto de mi vida), y ante todas las cosas he decidido seguir mi camino y ser optimista.