Sostenibilidad, qué palabra tan usada en estos últimos tiempos, y tan pervertida a su vez. La pobre no sabe qué es lo que pasa, está triste, se ha convertido en una imprescindible en el discurso de cualquier político que hable de ciudades, infraestructuras o desarrollo, y sin embargo muy pocos la aplican.
Difícil la tarea de crear espacios, leyes, políticas o planes sostenibles cuando no tenemos claro lo que esta palabra implica.