Hace algún tiempo que me dedico a observar detenidamente todo el tema de las redes sociales y estas vidas virtuales que nos estamos creando, ¿cuánta verdad hay? ¿y cuánta mentira? Es curioso observar el poder desinhibidor que tiene este gran mundo internetil, donde miles de besitos y corazoncitos viajan sin parar por la red hacia teléfonos y ordenadores de todo el mundo.
Reconócelo, tú también te has sorprendido poniendo caritas que envían besos de corazón a personas y grupos de whatsapp con los que te costaría hacerlo en vivo y en directo.
Es curioso … y no hablemos ya de Facebook e Instagram donde millones de estampas de felicidad son plasmadas cada minuto.
Me pregunto qué problema veo en todas estas muestras de amor y felicidad, qué me hace dudar de ellas.