En pleno proceso de pasión por el ganchillo (o crochet, que suena muuucho más moderno) decidí comprar unas lanas en esta tienda y ponerme a la tarea. De los primeros dos ovillos salió un precioso cuello-bufanda para un regalito que quería hacer, no tengo pruebas físicas del resultado pero su destinataria aseguró que le había gustado. Con los otros dos ovillos decidí hacerme otro similar para mí, tras varios intentos fallidos probando diferentes puntos confirmé lo que parecía evidente desde el primer momento: no tenía suficiente lana para hacer lo que yo quería, cosas de novata! Pero está claro que el destino de esos ovillos no era una bufanda ya que cuando fui a comprar más para completarlo estaba agotado ese color. Después de valorar la opción bicolor opté por cambiar de estrategia y tras un paseo por Pinterest, aquí el resultado.