¿No os pasa a vosotros? Esos días en que de repente, lo que ayer te parecía una aventura genial y maravillosa se convierte en un tren a toda velocidad del que (por una milésima de segundo) te tirarías en marcha.
Pues sí slowers, yo también tengo días de esos en los que me doy cuenta de que la zona de confort de la que hablábamos en este post queda lejos, muy lejos y me da un nosequé (bueno, en realidad sí se que, se llama miedo aunque no nos guste reconocerlo).
Parece que los humanos no estamos preparados para la incertidumbre, y cada paso fuera de lo conocido acaba resultando todo un reto. Así que es importante tener herramientas para lidiar con estos miedos.
Aquí la frase del día: “De lo único que hay que tener miedo es del propio miedo” . Epicteto
¿Y qué hago yo esos días? Pues para empezar me preparo una buena lectura motivadora, que para mí es mano de santo. Ya tengo mis libros favoritos para esos momentos, me gusta leer a personas cuya vida es una inspiración para mí.
Y a continuación me voy a caminar por el monte, segunda cosa que consigue curarme cualquier mal. Si tengo muchas cosas pendientes (esto suele coincidir), aplico la regla de lo importante es antes que lo urgente. Sin duda lo importante esos días es volver a encontrar mi centro y cargarme de energía.
Os aseguro que cuando vuelvo a casa ya no queda ni rastro de preocupación, dudas, “ysis” y toda una retahíla de consecuencias derivadas de esos miedos.
Y ahí va mi último consejo ante estos días, jamás permitas que acabe el día sin haber solucionado la causa del problema, pues no hará más que crecer. Es muy probable que no duermas bien y al día siguiente más de lo mismo. Así que, IMPORTANTÍSIMO: cierra todos tus días en positivo.
Y tu ¿cómo lo haces? ¿cuáles son tus trucos para mejorar un día?
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